23 jun 2011

Cronos

Dedicada al mejor perro del mundo.

Volvía el bribonzuelo a casa en medio de la oscuridad. Su corazón se heló al ver el recién fallecido perro del vecino –al cual molestó siempre que hubo oportunidad desde una distancia segura—, abalanzarse corriendo en su dirección.
Paralizado de miedo e impotente, observó al espectro precipitarse de un salto y atravesar su cuerpo, para terminar levantando la pata contra el poste a su espalda.

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