Debajo de su sonrisa callada y benevolente, el anciano jefe del pujante pueblo, el consejero amable, el que los hizo crecer, el que tenía derechos no escritos sobre los demás, él, ocultaba un secreto. Y un día, aunque nadie así lo reconociera, el pueblo se sintió extrañamente libre y feliz cuando la Muerte desveló su oscuridad.
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