27 jun 2011

Ruta migratoria

La distracción le costó. El murciélago cayó en la red y antes de darse cuenta de nada, estaba en manos de los humanos. Tras breve e inútil forcejeo se dejó manipular, esperando el momento oportuno de huir. Súbitamente, se vio libre y echó a volar.
Al llegar a la fiesta y retomar su forma, se encontró con las risas de los demás vampiros: de su oreja derecha cuelga, cual pendiente, un chip de localización GPS.

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