3 jul 2011

Ambigüedad

 — ¡Señor! ¡Malas noticias!
— ¿Qué sucede?
—Lo siento, señor. La máquina se volvió loca. Luego le salió humo y creo que se fundió.
— ¡Pero si era su primera prueba en humanos!
—Sí, déjeme explicarle…
—Las pruebas en robots fueron como la seda, no entiendo… ¿Qué le diré al general? ¡Me va a matar!
—El problema, creo, fue que la máquina sabía distinguir demasiado bien la verdad de la mentira…
— ¡Pues claro, grandísimo idiota, para eso estaba construida!
—Es que, señor, las respuestas de los humanos no eran mentira, pero tampoco eran la verdad y eso no entraba en ningún programa…

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